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A las agresiones humanas, la Tierra responde con flores
26/02/2015Mas que estar en el centro de una crisis de proporciones planetarias, nos enfrentamos hoy con un proceso irreversible. La Tierra ya nunca será la misma. Ha sido transformada en su base físico-química-ecológica de forma tan profunda que ha acabado perdiendo su equilibrio interno. Entró en un proceso de caos, es decir, perdió su sostenibilidad y afectó a la continuidad de lo que durante milenios venía haciendo: producir y reproducir vida.
Todo caos tiene dos lados: uno destructivo y otro creativo. El destructivo representa el desmantelamiento de un tipo de equilibrio que implica la erosión de parte de la biodiversidad y, en el límite, la disminución de la especie humana, que se produce o por incapacidad de adaptarse a la nueva situación o por no conseguir mitigar los efectos letales. Concluido ese proceso de purificación, el caos comienza a mostrar su cara generativa. Crea nuevos órdenes, equilibra los climas y permite a los seres humanos supervivientes construir otro tipo de civilización.
La historia de la Tierra nos enseña que ella pasó por cerca de quince grandes destrucciones, como la del cámbrico, hace 480 millones de años, que destruyó el 80-90% de las especies. Pero como es madre generosa, lentamente rehízo la diversidad de la vida.
Hoy, la comunidad científica en su gran mayoría nos alerta frente a un eventual colapso del sistema-vida, que puede amenazar el propio futuro de la especie humana. Todos podemos percibir los cambios que están ocurriendo ante nuestros ojos. Grandes efectos extremos: por un lado veranos prolongados asociados a gran escasez de agua, que afectan a los ecosistemas y a la sociedad como un todo, como está ocurriendo en el sudeste de nuestro país. En otros lugares del planeta, como en Estados Unidos, inviernos rigurosos como no se veían desde hace decenas o hasta cientos de años.
El hecho es que hemos tocado los límites físicos del planeta Tierra. Al forzarlos como lo hace nuestra voracidad productivista y consumista, la Tierra responde con huracanes, tsunamis, crecidas devastadoras, terremotos y una incontenible subida del calentamiento global. Si llegamos a aumentar la temperatura dos grados centígrados, la situación todavía sería manejable. Pero si no hacemos los deberes, disminuyendo drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero y no reorientamos nuestra relación con la naturaleza hacia la autocontención colectiva y el respeto a los límites de soportabilidad de cada ecosistema, entonces se prevé que el clima puede elevarse de cuatro a seis grados centígrados. Ahí conoceremos la “tribulación de la desolación”, para usar una expresión bíblica, y gran parte de las formas de vida que conocemos, inclusive partes de la humanidad, no podrán subsistir.
La renombrada revista Science acaba de publicar el 15 de enero de 2015 un trabajo de 18 científicos sobre los límites planetarios (Planetary Boundaries: Guiding human development on a changing Planet). Identificaron nueve dimensiones fundamentales para la continuidad de la vida y de nuestro ensayo civilizatorio. Vale la pena citarlas: (1) cambios climáticos; (2) cambios en la integridad de la biosfera con erosión de la biodiversidad y extinción acelerada de especies; (3) disminución de la capa de ozono estratosférico que nos protege de los rayos solares letales;(4) creciente acidificación de los océanos; (5) desarreglos en los flujos biogeoquímicos (ciclos del fósforo e del nitrógeno, fundamentales para la vida); (6) cambios en el uso de los suelos como la deforestación y la desertificación crecientes; (7) escasez amenazadora de agua dulce; (8) concentración de aerosoles en la atmósfera (partículas microscópicas que afectan al clima y a los seres vivos); (9) introducción de agentes químicos sintéticos, de materiales radioactivos y nanomateriales que amenazan la vida.
De estas nueve dimensiones, las cuatro primeras ya han sobrepasado sus límites y las demás se encuentran en un elevado grado de degeneración. Esta sistemática guerra contra Gaia puede llevarla al colapso como ocurre con las personas.
Y a pesar de este escenario dramático, miro a mi alrededor y veo, extasiado, el bosque lleno de árboles de la cuaresma violetas, casias amarillas y en la esquina de mi casa amaryllis belladonnas en flor, tucanes posados en los árboles frente a mi ventana y araras que hacen nidos debajo del tejado.
Entonces me doy cuenta de que la Tierra es realmente madre generosa: a nuestras agresiones, aun nos sonríe con flora y fauna. Y nos infunde la esperanza de que no es el apocalipsis sino un nuevo génesis lo que está en camino. La Tierra todavía va a sobrevivir. Como aseguran las Escrituras judeocristianas: “Dios es el soberano amante de la vida” (Sab 11,26). Y no permitirá que la vida que penosamente superó el caos, vaya a desaparecer.
Leonardo Boff es columnista del JBonline, filósofo, teólogo y escritor.
Traducción de Mª José Gavito Milano
Mês: fevereiro 2015
REPRODUZINDO: Lo que necesita ser incluido en el proceso educativo
Generalmente el proceso educativo de la sociedad y sus instituciones como la red de escuelas y de universidades están siempre atrasadas en relación a los cambios que se producen. No anticipan eventuales procesos y les cuesta hacer los cambios necesarios para estar a la altura de ellos.
Entre otros, los grandes cambios que están ocurriendo en la Tierra son dos: la aparición de la comunicación global vía internet y redes sociales, y la gran crisis ecológica que pone en peligro el sistema-vida y el sistema-Tierra. Eventualmente podemos desaparecer de la Tierra. Para impedir ese apocalipsis la educación debe ser otra, distinta de la que ha dominado hasta ahora.
No basta el conocimiento. Necesitamos conciencia, una nueva mente y un nuevo corazón. Necesitamos también una nueva práctica. Urge reinventarnos como humanos, en el sentido de inaugurar una nueva forma de habitar el planeta con otro tipo de civilización. Como decía muy bien Hannah Arendt: «podemos informarnos la vida entera sin educarnos nunca». Hoy tenemos que reeducarnos.
Por eso, a las dimensiones referidas añado estas dos: aprender a cuidar y aprender a espiritualizarse.
Pero previamente es necesario rescatar la inteligencia cordial, sensible o emocional. Sin ella, hablar del cuidado o de la espiritualidad tiene poco sentido. La causa está en que el sistema de enseñanza moderno se funda en la razón intelectual, instrumental y analítica. Esta es una forma de conocer y de dominar la realidad, haciéndola un mero objeto. Con el pretexto de que impediría la objetividad del conocimiento, la razón sensible fue reprimida. Con esto surgió una visión fría del mundo. Se dio una especie de lobotomía que nos impide sentirnos parte de la naturaleza y de percibir el dolor de los otros.
Sabemos que la razón intelectual, tal como la tenemos hoy, es reciente, tiene cerca de 200 mil años, momento en que surgió el homo sapiens con su cerebro neocortical. Pero antes, hace cerca de 200 millones de años, surgió el cerebro límbico, cuando aparecieron los mamíferos. Con ellos entró en el mundo el amor, el cuidado, el sentimiento que dedican a su cría. Nosotros los humanos hemos olvidado que somos mamíferos intelectuales, por tanto, somos fundamentalmente portadores de emociones, pasiones y afectos. En el cerebro límbico reside el nicho de la ética, de los sentimientos oceánicos, como son los religiosos. Todavía antes, hace 300 millones de años, irrumpió el cerebro reptil que responde de nuestras reacciones instintivas; pero no es el caso de abordarlo aquí.
Lo que importa es que hoy tenemos que enriquecer nuestra razón intelectual con la razón cordial, mucho más ancestral, si queremos realizar el cuidado y la espiritualidad.
Sin estas dos dimensiones no nos movilizaremos para cuidar de la Tierra, del agua, del clima, de las relaciones inclusivas. Necesitamos cuidar de todo, sin lo cual las cosas se deterioran y perecen. Y entonces iríamos al encuentro de un escenario dramático.
Otra tarea es rescatar la dimensión de espiritualidad. Esta no debe ser identificada con la religión. Subyace a la religión porque es anterior a ella. La espiritualidad es una dimensión inherente al ser humano como la razón, la voluntad y la sexualidad. Es el lado profundo, de donde surgen las cuestiones del sentido terminal de la vida y del mundo. Lamentablemente estas cuestiones han sido consideradas como algo privado y sin gran valor. Pero sin incorporarlas, la vida pierde irradiación y alegría. Además hay un dato nuevo: los neurólogos concluyeron que siempre que el ser humano aborda estas cuestiones del sentido, de lo sagrado y de Dios, hay una aceleración sensible de las neuronas del lóbulo frontal. Llamaron a esto «punto Dios» en el cerebro, una especie de órgano interior por el cual captamos la Presencia de una Energía poderosa y amorosa que liga y re-liga todas las cosas.
Alimentar ese «punto Dios» nos hace más solidarios, amorosos y cuidadosos. Él se opone al consumismo y al materialismo de nuestra cultura. Todos, especialmente los que están en la escuela, deben ser iniciados en esta espiritualidad, pues nos vuelve más sensibles a los otros, más ligados a la madre Tierra, a la naturaleza y al cuidado, valores sin los cuales no garantizaremos un futuro bueno para nosotros.
Inteligencia cordial y espiritualidad son las exigencias más urgentes que nos plantea la amenazadora situación actual.
Leonardo Boff es columnista del JBonline y ha escrito: Saber cuidar, 2000 y El cuidado necesario, 2013.
Traducción de MJ Gavito Milano
OS ASPECTOS JURÍDICOS DA UNIÃO ESTÁVEL NA RELAÇÃO HOMOAFETIVA NO BRASIL
A doutrinadora Maria Berenice Dias1 confere que nenhuma espécie de vínculo que tenha por base o afeto pode-se deixar de conferir status de família e que por isso merece proteção estatal, pois nossa Constituição Federal, no art. 1.°, III, consagra, em norma pétrea, o respeito à dignidade da pessoa humana.
A citada autora recomenda que façamos uma interpretação sistemática da própria lei, e não literal, como preferem alguns intérpretes, encarando a realidade social sem discriminação fundamentada na pluralidade das formas de constituição familiar que a Carta Magna reconhece.
Dessa forma, (CASSETTARI2) afirma que a união homoafetiva existe e não há lei que a regulamente, portanto, a alternativa proposta pelo autor é a guarida do art. 4.° da Lei de Introdução às Normas de Direito Brasileiro (LINDB3), que consagra o princípio do non liqued,em razão da possibilidade de o juiz negar-se a entregar prestação jurisdicional ao cidadão.
O citado artigo menciona que cabe ao juiz, quando a lei for omissa, julgar o caso de acordo com a analogia, os costumes e os princípios gerais do direito, motivo pelo qual, no caso das uniões homoafetivas, deverá ser aplicada às regras relativas à união estável. A nossa Lei Maior não veda a união de pessoas do mesmo sexo, e a ausência de regulamentação não seria empecilho para a sua existência.
Dado o exposto, corroboro com o entendimento de (CASSETTARI) e do Supremo Tribunal Federal (STF) que no dia 5 de maio de 2011, ao julgar as ADPF 132-RJ e a ADI 4.277, reconheceu, de forma unânime, a aplicação analógica das normas da união estável heterossexual para a união estável homoafetiva.
A decisão do STF faz que todos os direitos que são dados as companheiras em nosso sistema legislativo, sejam estendidos para as pessoas que vivem em união estável homoafetiva. Nesse sentido, a união estável homoafetiva exige o preenchimento dos mesmos requisitos para que se constituir a união estável heterossexual, quais sejam: a convivência pública, duradoura e contínua com o objetivo de constituir família, conforme disciplina o art. 1.723 do Código Civil, que foi amplamente discutido pela Suprema Corte nesse julgamento.
Para reforçar que a decisão deveria ser cumprida amplamente por todas, o Presidente do STF, Ministro Cézar Peluso, enviou em 9 de maio de 2011, aos Tribunais de Justiça do País, o Ofício 81/P-MC, em que noticiava o julgamento que deu ao art. 1.723 do Código Civil interpretando conforme o reconhecimento da união pública, duradoura e contínua entre pessoas do mesmo sexo como “entidade familiar”, entendida como sinônimo perfeito de família.
Ainda no mesmo ofício, o Ministro expressou que “o reconhecimento da união homoafetiva deve ser feito segundo as mesmas regras e com as mesmas consequências da união estável heteroafetiva.”
Outros temas relacionado ao mesmo assunto como: A possibilidade de as pessoas que vivam em uniões homoafetiva incluírem ao seu nome o sobrenome da companheira; conversão da união estável homoafetiva em casamento; casamento homoafetivo sem prévia união estável, e dentre outros serão discutidos nesse blog em um momento próximo e oportuno.
Por fim, fica a sugestão para leitura dos votos das ministras4 do STF no referido julgamento, pois são verdadeiros documentos que comprovam a evolução do pensamento social moderno e o respeito a dignidade da pessoa humana na guarida dos direitos basilares. E aos que desejam documentar a união estável homoafetiva basta procurar um cartório acompanhada de uma advogada para registrar o ato.
Autor: Charles Brasil é Advogado e Educador da Universidade Federal do Acre.
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Notas:
1) DIAS, Maria Berenice. Manual de direito das famílias. 4.ed. São Paulo: RT, 2007. p.45.
2) Separação, divórcio e inventário por escritura pública: teoria e prática/ Christiano Cassettari. 7. ed.rev., atual. e ampl. – Rio de Janeiro: Forense; São Paulo: MÉTODO, 2015.
3) Art. 4.º Quando a lei for omissa, o juiz decidirá o caso de acordo com a analogia, os costumes e os princípios gerais do direito.
4) O gênero (homem e mulher) no referido texto será escrito no feminino.